Como todos sabemos, la célula necesita de oxígeno para obtener energía, almacenándola en una molécula llamada adenosin-trifosfato (ATP). Esta misma actividad, se llama respiración celular, y a partir del oxígeno (O2), obtenemos el dióxido de carbono (CO2), el cual debe ser eliminado rápidamente, o de lo contrario provoca alteraciones en el pH del organismo.
El conjunto de procesos por los que se obtiene y transporta O2 hacia las células, y la eliminación del CO2, se llama respiración. Sin embargo, este proceso es complejo y para su estudio es necesario dividirlo en varias partes:
1. Ventilación, o intercambio de gases entre el exterior, la atmósfera, con nuestros pulmones.
2. Respiración externa, o difusión de gases entre los pulmones y la sangre.
3. Transporte de gases a través de la sangre, gracias al sistema cardiovascular. Se transporta O2 a las células desde los pulmones, y C02 desde las células a los pulmones otra vez.
4. Respiración interna, desde la sangre a las células.
5. Respiración celular, por las que obtienen ATP a partir de O2, produciendo CO2 (como comentamos anteriormente).
Funciones del sistema respiratorio
Como podremos intuir, la función básica es la de intercambiar gases con la atmósfera, con el fin de oxigenar la sangre y reducir el CO2. No obstante, tiene muchas otras funciones como:
1. Regulación del pH de la sangre.
2. Filtración del aire inspirado y defensa contra agentes externos
3. Participa en la fonación.
4. Contiene receptores olfativos.
5. Elimina agua y calor a través del aire espirado.
6. En el pulmón, se metabolizan ciertas moléculas como la enzima conversora de la angiotensina (ECA).
Bibliografía
Córdova A. Fisiología dinámica. 1.ª ed. Barcelona: Masson; 2003.
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